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domingo, 20 de julio de 2025

Internacional Noche Selenestival ( "Le Cholán" )

 

Granja misteriosa y desalbergada  de Rilhac Lastours, France.



La pasada luna llena me sorprendió en La Francia profunda (de allí seguí mi recorrido por otras partes del país e incluso sigo por los Pirineos de uno y otro lado) Era un territorio de pequeñas aldeitas muy cuquis inmersas en profundos bosques. Las antiguas casas de mi familia donde residíamos, se prestaban a la ensoñación. Y disfrutando La Luna Llena, nos dio a la mitad de quienes allí estábamos ( ocho personitas de un total de trece de la Gran Reunión Generacional)por  investigar una gran casona que todavía está por restaurar, y según los oriundos del lugar, alberga fantasmas inocuos ( o que de momento no tienen nada contra los humanos)

Subimos por la escalera –tal como se puede ver en la viñeta que he compuesto como homenaje a la anécdota– y aunque la primera en abrir la vieja y dañada puerta fue mi hermana (la cuarta de los seis hermanos aunque iban otros familiares) yo iba detrás deseoso de llevar a cabo mis tareas de detective psíquico al estilo de Carnacki. Pero tan pronto hubo un resquicio salió estrepitoso un mochuelo que se introdujo por mi cuello y se albergó en mi espalda entre mi piel y la camisa. La luna llena y sus pálidos colores poco sirvieron para que nos diéramos cuenta de que no era un murciélago, ávido de mi excelente pellejo, sino ese avecilla nocturna que estaba más asustada que yo. Me detuve en seco presa de un miedo controlable –y sé lo que digo porque con que me hubiera movido por la sorpresa hacia atrás, dos o tres personas posicionadas a mi espalda habrían caído de la elevación a la oscuridad de ese rincón fatuo sin claro de luna–y No sé con qué buena fortuna extraje al rapaz alado sin saber lo qué era y sin dañarlo. Tan pronto se vio libre de la jaula de mi camisa, pareció que se iba a ir al exterior, pero regresó a la oscuridad de la casona. 

Decidimos no asustarlo más (aunque mi hermana me detuvo para que no accediera yo a las dependencias restantes del siniestro edificio) y que recuperara su aliento y se escondiera en los entresijos de los macilentos muros.¡Pobrecillo! Después, allí mismo con la poquedad de una linternilla que portábamos, verificamos en mi ireneica espalda que el mochuelillo no me había dañado en absoluto a pesar de sentir yo su pico y sus garritas. 

De hecho, lo mejor, es que en ese sentido, me fundí con el animalillo y me identifiqué como mochuelántropo. Pensaba en ello las restantes noches, quizás él se llevó mi temor, y yo parte de la oscuridad de Su Ser......¡y me gusta sentirme nocturno rapaz incluso cuando es vigilia!

Fue aquella noche, que prometí que compondría este esbozo homenaje a mi mochuelo y a mi hermana ( de manera principal, mas, por ende, homenaje a la totalidad de Los Trece familiares que allí gozábamos el apartamiento del mundanal ruido) y ....¡también a los demás animales restantes acechantes en la nocturnidad vegetal de la inmensa granja por cómo los alteramos con nuestros gritos ante lo desconocido –hasta que se averiguó el intríngulis mochuelil–y sobre todo cómo ladraban los canes.


Mientras tanto, podéis  llamarme, a estos efectos de zoantropía psíquica, Le Cholán.

Yo, sigo a La Mía. [ ❤️ ] . . . . . . 😂 😂 😂  . . . . . . . 😇



        Un Vers, s'il vous plait . . . :             avec mon amour

                                                                   à Rilhac Lastours


Post Scriptum : La viñeta se la enviaré a France de regalo a mi hermana. 🇫🇷

¡¡¡¡¡¡¡ Potztausend !!!!!!! 🤣 🤣 🤣 . . . . . . . C'est si bon, Je suis Le Cholán !!!!!!! [en Román Paladino, Hombre–Mochuelo ]

domingo, 29 de junio de 2025

¡ T í b a r ! 🌟

 


¡En la 47ª Edición de La Lid de "El Tintero de Oro", dedicada a los autores anónimos –todos participamos debidamente velados, y por eso sólo ahora, publicamos el relato tras el fallo del Jurado–he tenido El Honor de recibir el principal de los galardones.....

                  Tintero Tíbar!!!!!!!!

Dejo pues, reseñado el relato en cuestión para disfrute de todos los Flâneurs de Bitácoras. Disimulé al componerlo para colaborar con la idea principal del concurso y a la vez, fui fiel a mis obsesiones...lugares rurales muy apartados del mundanal ruido, El concepto de La Muerte, Lo Antañón, un protagonista osado y algún apunte lírico por medio de unos versos (suelo componerlos yo por mi vocación de juglaría, aunque en esta ocasión recurrí a mi querido Don José de Espronceda –por eso iban entrecomillados–)


Así pues, felicito calurosamente (¡¡¡ no puede ser de otro manera debido a Las Hervencias Medievales en las que se ha transformado El Tiempo de este final de semestre!!!) a todos los participantes, meritorios y creativos y que pasen todos un buen cuadrante estival por las kermeses de mil pueblecitos enigmáticos.........😂 😂 😂 🇪🇸  




Título: Faz                                        Pseudónimo: Ñu



                       “Ojo”: “Atención, cuidado o advertencia que se pone en una cosa.”

                                                                (Acepción número 16 de la definición de “Ojo”.

                                                                       Diccionario de La Lengua Española.)




Decorando la falda del monte, el pueblo se escalonaba. Las casitas de colores evocaban tiempos inexistentes de Gente Menuda y desde el punto más alto, en su Iglesia románica de Santa Inés hasta la cumbre y el monumento al Corazón de Jesús, discurría el Vía Crucis jalonado por cedros antiguos. Los dos mil setecientos habitantes vivían dedicados a los oficios tradicionales: escoberos, sastrería, marroquinería, horneros, carpinteros y ebanistas, toneleros. Sin contar con la presencia del médico, algunas damas de sanidad de apoyo, la boticaria, el cura y un cabo de Los Migueletes y su subalterno raso en el bonito fuerte medieval.

El abuelo de Gabino siempre le decía que los habitantes eran muy longevos, y para compensar esa bendita cualidad, la forma de llegada de los últimos instantes en La Vida era rara. Se trataba del “Embozadito”, al menos en los últimos dos siglos, porque en los anuarios de la iglesia, no constaban anécdotas. Llegaba un momento en que irrumpía un forastero en el pueblecito vestido de manera muy humilde y tocado con un sombrero muy ancho de paja y un pañuelo cubriéndole la boca y nariz para evitar trasegar el polvo del camino. Únicamente se le intuían los ojos, sin detalle, por el ensombrecimiento de sus cuencas. El largo abrigo que arrastraba por la tierra permitía según el abuelo, que se transmutara en mujer –“Embozadita”– si quien iba a fallecer era una anciana. 

Gabino era incapaz de comprender qué clase de hecho asombroso permitía tanto suspense y anonimato y por qué no habían detenido en el trascurso de las décadas al vagabundo para conocer quién era. El abuelo, comprensivo y sabio, le daba la razón en lo tocante a que acaso fuera un papel teatral repartido secretamente por gentes del pueblo de tiempos lejanos –porque nadie vive tanto tiempo, de ninguna manera podía ser la misma persona. –

Gabino se asustaba lo suficiente, dentro de un orden, para no acabar sintiéndose cobardón. El abuelo puso la guinda, con una información final. En ocasiones inusuales se nota que el vagabundo ha llegado por unos versos tradicionales que tararea al llegar a los arrabales del pueblo:

                          “Paro los ojos,

                           Los ojos, sí, los ojos: que descreo

                           Del que los hizo para tal empleo”

En sus casitas de colores, a puerta cerrada, los habitantes escuchan con una mezcla de temor, maravilla y diversión a deshora. Los tiempos inexistentes de Gente Menuda, parecen más cercanos, porque ellos se sienten gnomitos asustados, febriles enanitos. Como nadie se pone enfermo, no advierten a quién le tocará irse al otro mundo: ¡Fallece alguien muy mayor de pronto!

Gabino pasa sus días en familia, trepando por las rocas, enamorado de la hija del maestro –que, contra todo pronóstico, le hace ojitos–y ha quedado con ella la noche de la verbena. 

A plena fanfarria, cuando las panderetas más arrecian, ella le hace una seña sonriente y ambos deciden ir a las ruinas del camposanto antiguo. La luna está preciosa, pero más bonita es la carilla de la chica. Los labios se aprestan y el almíbar surge en sus juventudes. El beso no tiene parangón por ser el primero, por su deliciosa duración y porque ha detenido el tiempo con elegancia. Huele a lavanda, lilas y a melocotón. La verbena queda cerca, pero no escuchan los pasodobles ni el griterío de los mozos, ni tan siquiera los disparos de arcabuz que los del retén de Los Migueletes efectúan como salvas festivas por las celebraciones campestres. La noche es un beso grande e inocente.

Gabino cree que ya es tarde y no quiere indisponer a la familia de ella si no la ven durante tanto tiempo y hace amago de deshacer el abrazo mutuo en el que están viviendo eternamente (¡una vez más la desconocida y anónima cualidad de longevidad de los lugareños del pueblo modesto!)

Ella también colabora pues le dice curiosa:

                                 –“¡Escucha Gabinillo!”

Desde el silo del pueblo, surge envolvente un ripio, no distinguen ambos qué palabras son; aunque es sorprendente que, con tanto jolgorio popular, se hayan dado cuenta del bisbiseo.

Gabino besa la frente de la mocita y la anima a regresar a las danzas populares con todos, que enseguida va él. Gabino tiene un pálpito.

Se descuelga precipicio abajo para llegar antes al silo y entonces, Sí, escucha:

                            “Paro los ojos,

                             Los ojos, sí, los ojos: que descreo

                             Del que los hizo para tal empleo”

Por la senda deambula un hombre. Gabán de color caqui, sombrero de paja de ala anchísima. Y ojos inclasificables. De una cabriola, Gabinillo (¡tiene miedo y se siente identificado con el diminutivo de su mocita!) se planta frente a él. El señor, embozado con un pañuelo oscuro, repite sus versos. Sus labios se intuyen bajo el embozo. Gabinillo de pensar en los labios de ella, se envalentona y de un zarpazo, echa el pañuelo por tierra. El rostro es una mezcla de faces: a algunas las ha visto en daguerrotipos del museo de la iglesia, todas se muestran con la rapidez de un entretenimiento de feria, pero son de muertos. Él, no tiene más que ojos, y es un anónimo pedestal de cera. Aunque a Gabinillo, y cumpliendo su ancestral misión, le muestra una cara. La de la persona que va a morir.

Su abuelo.




¡¡¡¡¡¡¡ Abrazos de Hecatónquiro y Larga Vida !!!!!!! 🧛‍♂️



J u a n E l P o r t o v e n t o l e r o. 🕵️‍♂️

lunes, 31 de marzo de 2025

I n . . . i l l o . . . T e m p o r e . . . .

Portada del single de Aviador Dro...¡Así da gusto Volar!

 



Hace un buen puñado de semanas, que  aparte de fugarme de vez en cuando a lugares inhóspitos en plena naturaleza alejados del Ser Humano, me dediqué a escribir compulsivamente en un concurso literario. (¡ya ha acabado, menos mal, porque no podía detenerme!) El caso es que la gama de argumentos está desarrollada en diferentes décadas y, debido al viaje en El Tiempo, tengo al alcance de mis meninges por el citado y delicioso esfuerzo memorístico, ciertas estampas y curiosos "quid" o "busilis" en lo tocante a diferentes disciplinas de gustos , por ejemplo, cómo me aficioné a la música pop española de los años ochenta.

Resulta que en los tiempos que mi padre era oficial de Sanidad Militar en Albacete, al igual que el resto de familias de la oficialidad del Ejército de Tierra, en los asfixiantes estíos de la llanura, acudíamos a la piscina del club militar de pilotos de caza Mirage F–1 de la Base (que se encontraba en la carretera de Las Peñas de San Pedro) por la deferencia que tenían los referidos aviadores con otras Unidades Castrenses.(pero la piscina estaba en el casco urbano) 

El lugar era elegantísimo y antiguo, en la calle Palma de Mallorca, justo en barrio residencial próximo al Parque de Los Mártires, pintorescas casitas envidiables para vivir. Al entrar a la piscina directamente desde la calle, a la derecha estaba el bar cubierto de cañas, muy acogedor, y despachado por soldados que hacían "la mili".  También había frondosos árboles.

En aquellos primeros años ochenta, yo era experto en música clásica y en Los Beatles, pero poco más (aparte de las jotas manchegas que me explicaba mi abuela). Otro tipo de música no entraba en mi magín. ¡Ah! ¡Síiii! ¡¡¡¡Y por supuesto los Himnos Militares, que ya por mi profesión me acompañarían toda La Vida, emocionándome con sus sones épicos!!!! 

Mis cinco hermanitos y hermanitas(soy, pues, el mayor de seis) y mis padres íbamos sobre todo los fines de semana a nadar y picotear después las raciones riquísimas que servían en el bar de la piscina. Y una de esas tardecitas agradables vi a una chica de mi edad cuyo padre era piloto de prototipos de transporte militar aéreo; la muchacha era guapíiiiisiiimaaa, rubita, de la misma estatura que yo, embutida en un precioso bañador azul de una pieza y asaz escultural para lo jovencita que era. Mi hermanillos chiquitos se partían el culete de risa al ver la cara de haba que se me puso. Así que, cuando coincidimos en el bar tomando unas "Mirindas" de naranja, se fijó en mí, y le debió hacer gracia la poquedad que yo traslucía como si fuera un pato desmochado, ningún atractivo aparte de la labia que siempre he tenido, ¡¡¡¡je,je,jeee,je,jaaa,ja,ja!!! (mi madre siempre decía que más vale una buena boca que una buena finca, en relación a mi capacidad de hacer amigos toda la vida gracias a mi conversación) Y justo cuando parecía que me iba a decir algo –o yo a ella, por la emoción del momento no lo recuerdo; ¡ea! me ardía la cara de lo coloradote que estaba del súbito flechazo–empezó a sonar una canción en la radio de los soldados detrás de la barra. Era música tecno que me dejó "flipao"y el cantante hablaba de un tipo que estaba rodeado de tecnología y se enamoraba de una chica –¡como yo esa tarde albaceteña!–que quizás fuera artificial, no entendía muy bien la letra y su sentido: ¡Sobretodo porque la dulce muchachita cogió su "Mirinda" y se alejó de mí hacia la gente que se hallaba más próxima al radiocassette sintonizado con la radio! Se ve que le gustaba y conocía al grupo. Un soldado muy divertido que andaba recogiendo cascos de botellas me dijo que era "Amor Industrial" de una banda llamada "Aviador Dro y Sus Obreros Especializados" ¡Me gustó aquello!¡Y me gustó comprobar cómo evolucionaba la chica cantando la canción con su familia y amigos! Lo que no me gustó tanto es que no volví a verla días después. (quizás destinaron al padre fuera de Albacete; pero la oportunidad de conocer a tan simpática y bonica chica se escapó dejándome un buen recuerdo)

En el colegio, más tarde, empecé a fijarme en "Aviador Dro" –se ve que estaba de moda por entonces–porque muchos en diferentes clases los conocían. Y de ahí, el salto lo di a otras formaciones musicales de la época: "Décima Víctima", "Glutamato Ye–Yé", "Comité Cisne", "Sindicato Malone", "Parálisis Permanente" y tantos otros. ¡Por cierto! Que una cosa por otra....¡¡¡En Albacete existían unos grupos impresionantes..."Altozano", "Frankie Frankie" "Los Fabiolas" "Surfin´Bichos"...

En recuerdo de aquellos divertidos tiempos, dejo aquí, porque la he encontrado navegando por la red, la canción que hizo que me fijara en El Pop Patrio de antaño (al principio de este texto).

Hace muy poco pasé por Albacete. El barrio residencial sigue allí, pero la piscina dejó de funcionar hace muchas décadas. Incluso muchos vecinos no lo recuerdan. Nadie sabe decirme detalles. Además desde la calle no se advierte nada. Un buen recuerdo es lo que lleva la brisa de aquellas calles manchegas de cuando mis mocedades eran modestas e inocentes...y un servidor de ustedes, era (¡y sigo siendo incluso casado tantos años con mi amada esposa!) un romántico incurable. 🇪🇸 ⚔️ ❤️ 🕵️‍♂️

Post Scriptum: ¡¡¡Menos mal que la base aérea sigue siendo primordial en Albacete hoy en día!!! 🛬




miércoles, 5 de febrero de 2025

Las Preseas de Las Ophiusas

 

I s l a L o b o 




                                                    Las Preseas de Las Ophiusas




                                                     “En las presas
                                                                  yo divido
                                                                  lo cogido
                                                                  por igual.
                                                                  Sólo quiero
                                                                  por riqueza
                                                                  la belleza
                                                                  sin rival.

                                                              Que es mi barco mi tesoro,
                                                              que es mi dios la libertad,
                                                              mi ley, la fuerza y el viento,
                                                              mi única patria, la mar”

                                                                    (“Canción del Pirata” 1835; José de Espronceda)
                                                        





Vicent, valenciano auténtico de pura cepa, vive en Krakescylla, su barquito. Lúcese barbón de redes viejas y con su pipa de caña donde fuma “golosinas”, algas secas que sólo él conoce, le hacen ser el marinero veterano más pintoresco del puerto deportivo de playa de Pobla de Farnals, y con aires de proscrito y amotinado de una tripulación de condenados eternos. Le permiten el amarre gratuito por ser un teutófilo in pectore, el menda, aparte de ser una autoridad sobre la piratería berberisca en el siglo XVI y su influencia en El Mare Nostrum, sabe más de pulpos gigantes y calamares que los biólogos de Valencia (el nombre de su rara embarcación asusta, pero no engaña). 

Siempre está clamando contra las autorizaciones permitiendo faenar en los caladeros vírgenes del Golfo de Valencia por un puñado más de gambas. Así que no le asusta que cualquier día le echen del club náutico. Hay quien dice de Vicent, que es mitad morena, mitad hombre, y bajo sus barbas pelágicas, esconde colmillos. A mí, Vicent me da miedo, aunque ambos nos apreciamos. Y ya me tiene acostumbrado desde que le conocí en la avenida Blasco Ibáñez en una ponencia en la facultad de Historia de Valencia sobre “Jabeques berberiscos, piratería atroz sobre las naves cristianas”.

Creo que está empezando a desvariar. Ayer me convidó a unos “cremaets” en la cubierta de Krakescylla mientras decía:

–¿Te vienes a Islas Ophiusas? Voy por las gemas de Torkeimetek, El Berberisco.

–¡Ostras! Mi abuelo en el puerto del Grao de Gandía ya hablaba de su botín.

–¡Porque existe, marinero de pacotilla!

–¡Nadie sabe en qué parte de Isla Columbrete Grande está!

–¡Claro!¡Bisoñuelo! Porque “Tork” y sus piratas berberiscos lo sumergieron en Isla Lobo, una de las chiquitas–el jodío hablaba como si hubiera navegado con el capitán berberisco y le conociera–

–¡Desde el siglo XVI alguien lo habrá encontrado! –dije temeroso por la reacción de Vicent

–He soñado con Gran Oegópsido.

–¿Otra vez con “El Ojo Krakéniko”? ¡Te pago yo de mi bolsillo una visita en Valencia a mi psiquiatra del Barrio Chino!

Me pegó con su catalejo en ambas orejas y enmudeció.

¡Buueenooo, quéee enfado! Lo comprendo también. El legendario cuento del cruel otomano Torkeimetek lo cuentan todavía las ancianitas cuando remiendan las redes en Los Graos. Capitaneando su tripulación berberisca a bordo de dos galeras piratas esquilmó galeones del Mediterráneo a principios del siglo XVI, dando matarile a sus enemigos de manera furibunda. Sin embargo, en Las Islas Ophiusas–Columbretes para quien no ama las leyendas extrañas– a una hora y media de navegación de la costa de Castellón, una pequeña parte de la flota real, les dio alcance masacrándolos y desperdigando sus restos humanos en las diferentes islitas de Ophiusas. Pero a “Tork” antes le dio tiempo a esconder el inmenso e incalibrable tesoro de sus piraterías en un lugar indeterminado entre Isla “Piedra Joaquín”, Isla “La Horadada”, Isla “Méndez Núñez” e Isla “Lobo”. Y pasaron los siglos y nunca se halló el tesoro. Aunque cuentan que sus ánimas abducen hacia él. 

Hace una semana de la charla. A Vicent lo han echado de Pobla de Farnals. Al parecer iba contento tripulando por la bocana del puerto y fumando su extracto de posidonia al timón. El director del náutico ha encontrado un pergamino con una mancha negra y está acojonado. Y de repente he caído en la cuenta de lo parecido que es el barquito de Vicent a una faluca berberisca en pequeño. Pero lo que me hizo llamar a mis contactos de La Guardia Civil del Mar en El Grao de Castellón de La Plana, fue recordar que Vicent fue de los últimos fareros de Isla Columbrete Grande en 1971 ¡conoce asaz satisfactoriamente los Islotes Ophiusas!¡Aunque ahora está prohibido desembarcar por ser reserva natural protegida! ¡¡¡Se va a meter en un lío!!!

Han transcurrido unas jornadas interesantes. A bordo de una embarcación rápida de La Benemérita, hemos batido el archipiélago rocoso de Ophiusas. No hay serpientes en las islas desde el siglo XIX (de ahí su nombre antañón), sí algún que otro alacrán y lagartijas de Columbretes, y respecto a Vicent… lo intuimos el último día…restos de su embarcación en Isla Lobo.  Aunque mezclados con maderos antiquísimos de galera berberisca pirata y restos de varios cofres. El reflejo del sol hizo que me detuviera sigiloso en algo que brillaba. No me vieron los guardias. Era una joya turquesa del tamaño de la palma de la mano y en su centro un diamante, imitando un óculo extraño. Sujetaba un pergamino para que no se lo llevara el viento de las islas. 

Todavía conservo la nota. Dice así:

“Donde voy con esta conquista, no necesitaré El Ojo Oegópsido, ya cumplió su misión de traerme aquí. Sé que será para ti, grumete bisoño. Pero a cambio, no digas nada de mí. Con su inmenso valor tienes la vida resuelta. Por cierto, me llamo Vicent de Sax. ¿Sabes cuál es mi segundo apellido? Aunque mis antepasados lo valencianizaron, puedes sacar tus conclusiones, marinerillo.”

“Tarquimesec.”







Relato para la lid literaria de "El Tintero de Oro" y La Piratería. Comprende 890 palabras con título y cita poética Esproncediana incluida. ¡Largad El Trapo a estribor y....a disfrutar!🏴‍☠️

sábado, 5 de octubre de 2024

C a n t o D e C i s n e

 

Navarcas Grises en Lontananza . . . . . . . 



Escrito para El Tintero de Oro y su homenaje a Don Miguel Delibes. (prácticamente he leído toda su obra: con la excelente idea de los organizadores, he rescatado de mi gabinete "El Camino" para refrescarme con su deliciosa lectura–creo que lo he disfrutado cerca de cuatro veces en mi vida–Después, mi mente como siempre, va rauda, y gozoso mediatizando a través de mis vivencias y elucubraciones personales, he compuesto a principios de mes esta obra de 900 palabras exactas) ¡Larga Vida y Fabulación a Todos!


. . . .Sí, creo que llegaron . . . . 




 

                                     "Canto de Cisne"

 

    










                                                                                                                                               “Voy camino Soria.

                                                                                                                 ¿Tú hacia dónde vas?”

                

                                                                                                               [Gabinete Caligari, 1987]

 

 

 




                                      Ministerio del Aire, distrito de Moncloa.2/10/2024.

 



El gabinete de SAYTU (Seguimientos Aeroconfidenciales Y Técnicas Ultimátum) en el madrileño palacio neoherreriano, pasa desapercibido en alguna de sus seis plantas. Es una biblioteca de caoba y libros insólitos. En un papiro viejo, se lee su divisa castrense:

 

                                    “He aquí una rueda sobre la tierra

                                         –Libro de Ezequiel, 1;15,28–

 

Lo interesante, es la alacena disimulada al fondo, donde sobre una portezuela, letras gualdas en relieve advierten: “SAYTU Ω”. No existe constancia de los pocos afortunados del Ejército del Aire entregados en cuerpo y alma a su secreto.

El indicativo para varones es “Ezek” y para mujeres “Rueda”, y si es oficial, número impar, suboficial, par.

Ezek–1” ha emitido un servicio “SΩ” después de muchas décadas. Le correspondería misión a “Ezek–15” y “Ezek–18”, sin embargo, el disgusto es mayúsculo porque el mando lo ostentará “Rueda–9”, ya que nació en una partida del deshabitado paraje al que acudirán, demarcación castellana de San Leonardo de Yagüe, lo conoce como la palma de su mano. “Ezek–15”, a punto de la reserva militar, ve perdida para siempre la ocasión de su vida, de hecho, aquella por la cual escogió el destino en “SΩ”.

Según el informe, se prevé Rendibú Ultraterrestre Yagüe, y no hay más datos claros. Prioridad y discreción extrema, y valoración de apostadero a medio plazo. Es una oportunidad de oro por la escasísima densidad de población.

 

 



   Enclave noroeste provincia de Soria, España vacía. Día siguiente.

 



Un todoterreno gris, prototipo singular por el silencio que le envuelve, circula por una pista forestal casi impracticable. El abandono es directamente proporcional a la descomunal y salvaje belleza de la ascensión del trazado. Precipicios cuyo fondo no se ve por la masa arbórea de pino pudio y sabina albar; rocas pintorescas que inducen a la práctica de religiones totémicas; cielos cenceños, y nubes caprichosas que, sin embargo, únicamente ofrecen al panorámico lubricán las formas inconfundibles de artilugios voladores ultraplanos y cuyo cariz amenazante queda mitigado por la gracia y elegancia de esa casualidad creada por el firmamento. Los buitres leonados sobrevuelan el vehículo, la atmósfera primitiva es fantástica. Corzos distraídos brincan por la espesura. El coche se detiene en un punto elevado donde a pesar de todo aún existe masa forestal que lo camufla. Más allá, llegando a los cortados del vértice, aparece un antiquísimo redil para el ganado en cuya entrada hay dos motos todoterreno.

 

Rueda –9” y “Ezek–18” surgen del presepio y cogen de las maletas de sus respectivas motos unos aparatos electrónicos de última generación. Únicamente “Rueda–9” extrae también una glock.

 


–¿Cómo puede ser que no se utilice este corral? Y por lo menos, para kermeses privadas, las parrillas aquí tienen que ser virtuosas. –dice “Ezek–18

 


–Este lugar estaba ya siendo yo pequeña, y ahora que lo dices es raro. No se prestaba mucha atención, porque como puedes ver, dan ganas de fundar una orden contemplativa de bonito que es todo. La soledad buscada que se logra aquí es esencial. Por cierto, es la hora. ¿Has visto qué formas en el cielo? Resulta premonitorio. El punto exacto es ahí delante, no consta en cartografía, ni antigua ni de GPS, se llama “Galayo Balbín”

 


–¡Era seguro que la sherpa tenías que ser tú! Y también, regresar a San Leonardo de Yagüe contigo será menos pírrico.

 


–Hemos tenido suerte de ser los elegidos. No te imaginas la paz que siento y las reminiscencias que me invaden al pisar estas trochas. No creo que lo sepas, pero soy además ingeniera agrónoma, como se me crucen los cables, pido una excedencia y me vengo a Soria. ¡Estoy de Madrid hasta el moño!

 


–¡No te lo crees ni tú! Eres una de las oficiales mejor consideradas. Hoy estamos en el pensil natural más perfecto que existe ¡el paraíso no debe ser mejor que esto!

 



En el momento en que ambos acometían el galayo, la oscuridad se presentaba; contra todo pronóstico, uno de los altocúmulos lenticulares con aspecto de lanzadera se iluminó mostrando la vista panorámica propia de una égloga garcilasiana, pero  revelando que la propia nube era una nave de doce metros embozada en ella, suspendida en el éter nocturno; un triángulo isósceles grisáceo envuelto en una rueda ovalada, cuyo vértice conectaba con la prominencia del galayo a la vez que automatizaba de la nada una escotilla en el panel metálico. Al abrirse, surgió una figura antropomorfa, sin aspecto acerbo ni amenazante. Vestía un traje de una pieza gris, muy elegante. Sólo dijo unas frases en perfecto castellano:

 


                 –El pasajero debe acceder. Apertura hacia retícula Cosmos inminente.

 


Ezek–18” miró medroso inquiriendo órdenes a “Rueda–9” en el momento en que ella decía:

 


–No te muevas, no vamos a ir ninguno de los dos porque…

 



Los faros del vehículo todoterreno acechante allende el presepio, iluminaron cuando la nave mitigó fosforescencias y un hombre salió del coche corriendo. Con inmejorable forma física, saltó al interior oval metálico cuando clausuraba sus sistemas y ascendía ante el pasmo de “Rueda–9” y “Ezek–18”.

Le escucharon clamar victorioso la divisa SAYTU:




                                 “He aquí una rueda sobre la tierra”

 

  





                                                             Sede SAYTU Ω.  Madrid 5/10/2024.

 

 



                                               Parte Reservado Novedades RUY.

     


     

                                             “Rueda–9”: Nueva Vida Soria.

                                             “Ezek–18”: Promovido Ascenso Oficial.

                                             “Ezek–15”: Abducido LGM.

                                             “Ezek–1”: Sanción Disciplinaria.

 

 

 

     

                              Dígolo Conocimiento y Efectos.

 

 

                              Firmado:  “Ezek–Zero" “











. . .tripulación de hombrecitos grises. . . 






. . . no deja de ser un retorno de zepelines oníricos....o quizásss...

















¡ ¡ ¡ B o n V o y a g e ! ! !


Plenilunio Septembrino

¡Junto a mi felino Shylock!                                             ¡Pareado Chiflado!                               ¡Dame alborrágica a...