lunes, 9 de enero de 2023

¡ Un Otacusta Psíquico ! [ Casuística Detectivesca Valenciana ]

 

Transmutado como G u i d o,  Otacusta Psíquico ¡mi sombra y yo en un confuso carrusel de sombras y resquicios de La Realidad, nos bastamos para seguimientos y apostaderos....en los claroscuros que La Vida nos depare...! [ ¡¡¡¡¡¡¡ Con Agencia Detectivesca o Sin Ella !!!!!!! ]




                                              * U n     O t a c u s t a      P s í q u i c o *

 

 


                                              I.- “Saw you alone in the shade of the night” (*)

 

El buñuelo está sumergiéndose en mi chocolate a la taza. Es inminente la dentellada en su delicia. Pero en la pantalla del celular aparece “Flor de LIX”, mientras suena mi canción de Lauren Evans “Dream Awake”. Es la jefa, requiriéndome en la oficina, aunque son las diez de la noche en “Fabián”, mi buñolería predilecta.


“Distrito LIX” está en pleno corazón de Valencia, en Cirilo Amorós. La fundó Adela, “La Madre Superiora”, La directora de la Agencia, y le transmitió su carisma. Por eso ha funcionado a la perfección con su fama en los ambientes de Plaza Cánovas y en líneas generales en todas las manzanas del ensanche valenciano. Nada especial, asuntillos industriales, menudencias sobre patentes y desavenencias conyugales que han ido a más -tanto por ellos como por ellas, aquí el sol del Levante Español fomenta la concupiscencia y trabajo no falta, desde luego- de hecho, Adela ya está bregada por un matrimonio roto y no ha vuelto a caer en el error. Por eso es peligrosilla: no tiene horarios. Ella, ex guardia civil, tiene criminología por la Universidad de Valencia, y dejó la benemérita para fundar “Distrito LIX”.

 

En fin, no me supuso mucho tiempo acudir. Y va directa al grano.

—Mira Guido, esta mañana ha venido un hombre muy fervoroso, a punto de jubilarse, que posee un establecimiento de imaginería religiosa, creo que el que más tiene en cuenta el arzobispado y quiere una “jornadita” sobre su esposa porque su carácter está irreconocible desde que acude a unos seminarios nocturnos de la diócesis. Él está jodido por la gota y no sé cuántas cosillas más y dice que si no, se encargaría a su propia discreción. No tienen hijos, me cuenta, porque también habría puesto a alguno a indagar. Lo que nos proporciona es muy sencillo; la mujer como puedes ver en la foto es resultona, agradable y se la ve por la apariencia segura, también te digo que es diez años más joven que él, así cualquiera, y todos los jueves acude a las nueve de la noche a unas horas de convivencia y espiritualidad en la iglesia de San Esteban, en el casco antiguo. El cursillo lo comenzó a principios de noviembre y este hombre, ya se extrañó en Navidad por cambios en su carácter y, según sus propias palabras, consistían en que por primera vez la sentía casquivana, impropio de quien acude a asuntos de parroquia. Y es verdad que eso no cuadra.  Ahora se ha enterado por un despiste del sacristán en su tienda de pasamanería religiosa, que el próximo fin de semana se va con los fieles a un retiro en el convictorio de dominicas del Barrio del Carmen. Ahí es donde entras tú. ¿No conoces a la abadesa?

—¡Vaya Adelita! ¡¡Estás en todo!! Sí, es que tienen hospedería monacal, y en mis tiempos de pastoral universitaria fue cuando la conocí, también en un retiro. Con el paso del tiempo he acudido en ocasiones a pernoctar allí para desconectar. ¡Deberías probarlo en vez de estar dando de comer a los murciélagos a estas horas, mujer!

—¡Qué cachondo, Guido! A mí me cae algo de agua bendita en la mano y se me funde la carne como a Drácula. Y a tus compañeros ya les he tenido muy ocupados en diciembre. Desde que en el servicio militar estuviste de asistente con el páter castrense, les has tomado la medida a todos estos curatos y clerizontes. Sólo tienes que infiltrarte un día o acaso una noche, nada de seguimientos ¿Qué me dices entonces?

—Dalo por hecho. Además, la sor se alegrará de verme y no sospechará nada. Es que no te creas que acogen en la hospedería a cualquiera. A mí ya me tiene conocido por católico practicante y tienes razón, que todo va a ser como arrope calentado al humo de madera.

—Con el video del móvil y algunas instantáneas lo tienes hecho. El resto de material técnico no lo vas a necesitar, ni la Citroën Kangoo para apostaderos. Eres mi mejor “gadget”: ¡Con tal de que le des a la labia con la monja y los del grupo que estén receptivos, en tu plan de monaguillo escolástico! ¡¡Y nadie escucha como tú!! Llévate la foto de la esposa.

 

Llegué a casa cerca de la medianoche. Antes de acostarme busqué en Google datos de la carpeta del caso que Adela me había dado. La mujer se llama Berta W. B. Tanto ella como el marido no tienen nada indiscreto en redes, excepto, claro, la página web de su negocio, que como me ilustraba Adela, es muy reconocido en Valencia y solvente. Lo interesante eran los indicios del retiro espiritual, porque aludía a qué confesión religiosa lo organizaba, y era la primera vez que leía en mi vida algo al respecto. Se llama “Renovación Carismática” y nació en Estados Unidos en 1901, con el apoyo de un tal W. Seymour que en aquella época aglutinó unas cuantas experiencias de universitarios católicos de las que rozaban en la catarsis, con mucho aparato de cantos suaves, vivencias hipersensibles, oración desaforada y algunos picos de fenómenos casi preternaturales como por ejemplo xenoglosia -parlotear balbucientemente idiomas que no se conocen, de manera instintiva- y glosolalia -confusión de expresiones hiperbólicas, lamentos jeremíacos y otros prodigios vocales de todo tipo inducidos por un estado de trance- A pesar de mi querencia hacia el mundo de ciencias religiosas, esto me ponía como un gato escaldado. ¡La cosa prometía! Para acabar, llamé a la hospedería monástica del convictorio de dominicas (sé que apenas duermen estas religiosas) y después de la alegría inicial de la sor al saber de mi- es de las poquísimas personas que está al corriente de que soy detective-, reservé una celda para el fin de semana.

 

Mi último pensamiento antes de intoxicarme con las virtudes de Morfeo, fue que de todos, mi jefa, la monja, mi objetivo designado en el caso, incluso el marido temeroso (pues contaba con el apoyo a su negocio de la beatería valenciana) el que como rezaba la canción de mi móvil , está…

                                              “.. solo en el ensombrecimiento de la noche...”(*)

...era yo.

 

  


                                            II.-Salmo 23, 6

 

Los Seres Místicos de La Noche, aparte de los presumibles, pueden materializarse en Los Impensables...


El sábado a las 20,30 horas llegué andando desde mi casa al convictorio. Me recibió mi amiga, sor Estíbaliz. Nuestro abrazo fue casto, muy sincero y besé su anillo de desposada con La Divinidad.

—¡Ave María Purísima, Guido!¡¡Ovejita descarriada!!¡¡¡Cuánto tiempo!!!

—¡Sin Pecado Concebida, Hermana! Mi alma empezaba a tener carbonilla de deshollinador y me urgía empezar el mes de enero con ascetismo en vuestras celdas individuales donde leer las escrituras, algo de San Benito y castigarme con las disciplinas marca Acme.

 

Cuando me escuchó la broma sobre las disciplinas, se carcajeó incluso.

 

—¡Cómo eres, a toda hora con chuflas! Pues mira, por ser tú. Da la casualidad de que tenemos al completo la hospedería, pero te he reservado la última celda, la del desván, en el ático, es la que utilizamos cuando recibimos la visita aislada de un familiar solo. Es que están de retiro unas veinte personas de la diócesis con un acogedor grupito de Renovación Carismática. No conocerás esta corriente religiosa, en España no están muy extendidos. También este fin de semana hay algunos huéspedes como tú, solitarios, pero son los menos.

—¡Uy!¡Pues no! Tienes razón. De todas formas, si me autorizases a alguna de las ceremonias que contemplen en la iglesia conventual, podría ampliar mis conocimientos evangélicos.

 

Sor Estíbaliz no lo pensó mucho.

 

—¡Naturalmente Guido! Ahora a las nueve llegas a tiempo para la cena, en el comedor grande. Después a las once de la noche creo que tendrá lugar una de sus ceremonias características. Tú puedes pasar como si tal cosa. Sabes que el resto de las dominicas y yo, lo único que hacemos es acoger a las diferentes confesiones, pero nuestra clausura va siempre separada en el pabellón antiguo y nunca compartimos con la gente de los retiros espirituales.

—¡Ah pues muy agradecido, Hermana! Ya sabes que todo me enriquece.

 

Al poco, después de dejar mi pequeño macuto en la celda, bajé a la cena. Ya se veían bastantes personas, -y eso me permitió pasar entre el barullo muy discreto- toda gente muy apañada de las barriadas elegantes de Navarro Reverter y La Alameda, muchas personas solas de edad madura en su mayoría, comedidos en su alegría y cierto halo de melancolía también. Me situé en una mesita apartada y pequeñaja. Casi instantáneamente se acercó una novicia joven de las dominicas a servirme sopa de calabaza casera. Por encima de su hábito, al otro extremo, tuve la suerte de ver a mi objetivo. Cuando se retiró la hermanita a servir a otros, eché la primera instantánea. En verdad era como decía Adela: Una mujer madura muy apetitosa. Se la veía de carnalidad rotunda, pero atractiva. Muy bien vestida, llamaba la atención más que las otras mujeres que la rodeaban en una mesa de seis. Me sentí incómodo por mis apreciaciones lúbricas permaneciendo en un convictorio religioso. Luego en otras mesas, se mezclaban más hombres y mujeres y en una del centro, dos sacerdotes cenaban solos. Aproveché y realicé otra toma con mi iPhone, más que nada porque me resultaban exóticos, aunque vestían como curas normales, pero tenían un aura diferente, quizás más posesivo y huraño a la par.

 

Poco a poco me fui quedando solo, saboreando con lentitud el segundo plato de merluza a la romana, para darles tiempo a que desfilaran y visualizarlos a todos. Los poquísimos que restábamos, debíamos ser quienes pernoctábamos el fin de semana por motivos ajenos al grupo numeroso. Ella se fue con garbo y maneras.

 

Antes de subir a descansar un poquitín, cumpliendo con mi costumbre de otras veces fui a las cocinas a charlar con Estíbaliz de lo divino y lo humano entre calderos y perolas.

 

Ya en la celda, preparé una grabadora que es como me gusta trabajar a mi-no la del móvil, que es un tostón- y me puse una chaqueta de punto para no pasar frío y a la vez proporcionarme un aspecto familiar y confiable.

 

Casi me quedo roque sobre mi lecho por la paz reinante, de manera que bajé a la iglesia despistado y tarde. Estaba en los pabellones primitivos del convictorio y se podía acceder sin salir al pensil monacal exterior. En el rincón en penumbras de la derecha de las puertas de roble viejísimo, una mujer consolaba a otra que lloraba como una magdalena. Parecía sofocada de veras. Dije muy resuelto “¡Buenas Noches!” y sin esperar autorización entré. La capilla iluminada con hachones estaba repleta con los asistentes al retiro. En el altar los curas que vi en la cena imponían las manos a personas que se aproximaban de los bancos, y otros laicos practicaban esa gestualidad tenebrosa sobre ellos. Algunos caían desmayados y convulsionaban, con discreción otros asistentes los sacaban por una portezuela lateral, en tanto la comunidad, desde sus bancos, seguía cantando hipnótica. Entonces, otros voluntarios entraban en el ara para ser purificados. Francamente, aquello parecía un exorcismo colectivo. Me iba a ir, para razonar sin la claustrofobia eclesial y sin miedo, cuando una mujer que parecía la gobernanta de todos me abordó desde las sombras y me urgió autoritaria susurrando:

—¡Salterio 23, 6!

 

Gracias a Dios, en la captura de información de la noche anterior en mi casa, había memorizado a qué se refería, y resulté convincente:

 

—“Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida”

—¿Quién le invitó a acudir?

—Sor Estíbaliz

Fue el único instante en que sonrió

—¡Bienvenido!

Retornó al grupo donde se sentaba, cuando vi a mi objetivo. Era la asistente fija del sacerdote director espiritual que oficiaba el ritual de sanación junto a la pila bautismal. Ella era la única persona que no imponía manos a sus semejantes; incluso lucía como una sacerdotisa pagana: parecía aspirar frente a los atribulados, las imprecaciones que salían de sus bocas, pero sólo la de los casos más catárticos. Cuando lo hacía, ellos no se desmayaban, parecían reponerse y regresaban a sus bancos. Creo que todos los asistentes, a tenor de esta representación numinosa, sufrían padecimientos de índole no catalogada y estos visionarios, con semejante puesta en escena mesmérica, ofrecían simplemente un efecto placebo muy convincente.

 

Grabé todo lo que pude. Pero no iba a ser necesario. Así que regresé a mi celda sibilinamente a sumirme en un merecido descanso tras cuatro horas de casi ser un discípulo de los acólitos de   las directrices exorcistas cual si fueran las del gran Gabriele Amorth, El Príncipe de Los Exsufladores del Vaticano. Mi provecho clandestino había sido el mejor: Un seminario gratuito sobre Exorcismos.

 

 

                                                III.- Ultílogo de la guisa de Lavoisier

 

 

El domingo temprano, me despedí de Sor Estíbaliz. Prometí volver con más frecuencia y le agradecí sus desvelos. No le expliqué nada de la soirée nocturna matizando que fue muy tierno.

 

Al final del día por la noche, estaba en “Fabián”, con otra taza de chocolate puro y buñuelos, pero quien telefoneó en esta ocasión fui yo. Me divertía pensar en la cara de Adela.

—¡Guido, no fastidies!

—¡Buenas Noches! Cuando puedas le dices al cliente de la pasamanería que tendrá que acostumbrarse en el sexo de senectud con su señora, con la mente abierta que no tuvo en su juventud.

—¿Y…?

—Lo que ha notado y que no te ha dicho, es que su dama, su esposa, a estas alturas peca de coprolalia en los momentos de más cercanía, ya sabes. Ella se ha descubierto a sí misma con capacidades mediúmnicas y la siniestra panda de renovación carismática la ha introducido en sus sesiones sanadoras (que son más bien kardecianas de infestados y ruidosos espirituales). No sé cómo, pero esta mujer hace lo que nadie: Es Una Escupidera Anímica. En ella vierten su detrito del karma y ella lo procesa en su vida conyugal. Pero por el sistema autodefensivo psíquico del cuerpo y la mente, instintivamente reforzó la faceta de su vida marital que más frágil se mantenía, la de la coyunda. El que sea soez, es parecido a cayena en un guiso, revitaliza la parálisis sexual que sufrían en lo privado, aunque en un principio este santurrón permanece espantado.

—¡Tú sí que parece que hayas esnifado incienso cabroncete! Mañana el informe en mi mesa.

—No te preocupes. Y recuerda lo que aseguraba aquel francés célebre -justo lo que han experimentado en la tríada “Renovación Carismática -Esposa Tristona- Matrimonio de acerba religiosidad”- ...” La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”.

 

Saldé la cuenta con la camarera y me fui cabizbajo, hacia el cauce del río, meditabundo en mis cosas, sabiéndome un nuevo Carnacki -el detective numinoso creado por Hope Hodgson- más que un investigador tradicional, y con humildad advirtiendo qué suerte tienen conmigo en la agencia, envuelto eternamente en la noche de esta Epidriápolis ramera que tantos secretos musita para quien tiene el poder de escucharlos.



¡ Y aquí sigo, S i e m p r e . . . tras el husmillo de algo raro...



( R e l a t o  F i c t i c i o    D e  I n v e s t i g a d o r e s   P r i v a d o s  Y  S u s  C h a f a r d e r a s 

 y   . . . . .  T r a g a c á n t i c a s   A g e n c i a s . . . . je, je, je, je, je , ji, ji, jee, je, ja, jaaa, ja, ja,,,! )






¡Gracias también, Gran Orson, por ser una de mis inspiraciones perennes...!














domingo, 8 de enero de 2023

¡Selene, Oh Vos, Primera del Año ...!

 

¡Mi autorretrato para inaugurar el año lunar, transmutado en remero de determinados Mundos...en É s t e ...!


Año VIII d.c.,  y ya dijo el poeta manchú  Li-Po,  algo así como...

...."invito a La Luna, y con mi sombra, ya somos tres..."

Desta guisa homenajeo a La Luna de ayer, el primer plenilunio del año, con aguas numinosas y mi boga ante La Potestad Lunar.                                 ¡S e m p e r!

Y quizás, para contraste lleno de albricias, añado algunas fotos, en este caso urbanitas (Puente de La Exposición, donde el antiguo gobierno militar) también de ayer, mientras estuve aullando un buen ratito al palor lunar.....















🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕

miércoles, 4 de enero de 2023

Limerick del Proscrito de Los Sueños Y Su Charada Indecible

 

¡ Allende Los Ignotos Picos de Kuen - Lun, El Lamasterio Tibetano Ideal...!




                                                      L i m e r i c k


                  Al conticinio despierta El Iluso


                y está en Shangri - La porque su alma puso


                al Valle del Karakal


                de aire preternatural


                ¡donde en Su Ashram nunca está ya confuso!





                                                 [El Proscrito de Los Sueños]

domingo, 1 de enero de 2023

¡ A Por Un Año Inmejorable !

 



Aunque aquí estoy haciendo "el canelo" en Año Viejo para Mi Oíslo y Mis Primogénitas (¡¡¡¡¡¡¡me encanta hacer el pánfilo y el payaso!!!!!!!), no hay mejor manera de acabar el año que dándole a la bici de montaña, y claro, nada que sea más saludable y delicioso, que empezar Año Nuevo a bordo de la bici, la mía, que es una amiga tremendamente fiel y sacrificada y va conmigo todas las semanas del año en mis múltiples aventuras.

¡Felicito a Todos Los Seres Vivos con fotos de esta misma mañana del Día Uno haciendo "El Cabra" por los campos y sierras de Dios Nuestro Señor, Dios de Los Ejércitos!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Larga Vida A Todos  !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!




               ¡ C o n   L a  B i c i  A   C u e s t a s !  :











































































¡Y como sé las bondades de Naturaleza Silvestre y Disciplina de Delfos, recomiendo estos ceremoniales durante todo el año!

¡¡¡Las Bienaventuranzas están aseguradas y con efecto duradero!!!   A m é n   ......









Abril Asilvestradamente Lunar

  Mi Asueto de Plenilunio Abrileño H o m e n a j e A L a L u n a L l e n a  de l M e s D e A b r i l