¡¡¡¡¡¡¡ ...Y no escuches ningún toque de corneta...!!!!!!! |
"Resoli" no obstante está algo medroso, por lo que voy a reseñar a continuación (no de balde los pingüinos son muy sociables entre ellos), y es que ni más ni menos se trata de un libro fenomenal, concretamente éste......
. . . . 🐧* U n M a n i c o m i o E n E l F i n D e l M u n d o *.🐧
En
pleno aquilón de comienzos de año, es un verdadero placer arrancar con las
primeras lecturas intensas de libros. Entre los que llevo, voy a dedicar esta
entrada bitacoreña a uno recién terminado.
Se
trata de “Un manicomio en el fin del mundo” del reportero norteamericano y
afincado en Nueva York Julian Sancton.
Me
lo regalaron los Reyes Magos que los muy pícaros saben de mis gustos
extravagantes, porque versa sobre la expedición histórica de Adrien de Gerlache
de Gomery en su barco “Belgica” hacia La Antártida justo a finales del siglo
XIX para realizar numerosos estudios de toda clase y lograr abrir una nueva vía
en el continente helado donde nadie hasta el momento hubiera accedido, para
mayor gloria de su patria belga. ¡Un Libro ideal para estas fechas!
Formó
el cuadro de mandos con un teniente de artillería; un químico y geólogo polaco;
un zoólogo rumano; el célebre explorador noruego Amundsen como primer oficial;
otro teniente de la marina belga (quien era con rango de capitán del barco, la
segunda autoridad a bordo tras el comandante Gerlache) y el médico neoyorkino
Frederik Albert Cook. Después, con marineros en diversas funciones, la
tripulación completaba diecinueve hombres.
La
verdadera odisea que vivieron todos ellos fue espeluznante. Era una misión y un
anhelo (sobre todo de Gerlache) donde todo lo que pudo salir mal, salió. El
caso es que salieron de Bélgica hacia enero de 1897 y su derrotero fue por todo
el continente sudamericano con muy diversas escalas por motivos logísticos en
puntos geográficos hasta llegar a fines de año a Argentina y a Tierra del
Fuego. De allí tardaron siete días en cruzar desde la última civilización de la
“Isla de Los Estados” hasta los mares antárticos, hasta que llevados por la
desmedida pasión del comandante del barco, hacia marzo de 1898 quedaron
embarrancados en la banquisa del Mar de Bellingshausen (ni más ni menos que la
placa de hielo que recubre casi todas las aguas del polo sur que varía su
grosor de dos metros a más de cuatro incluso) hasta marzo de 1899. ¡El regreso fue pírrico!
El
libro narra las consecuencias que el aislamiento prolongado y sometido a
situaciones extremas tiene sobre el ser humano. Tuvieron que luchar contra la congelación,
el escorbuto, la correcta distribución de alimentos, la temporada de marzo de
1898 a julio de ese año con ausencia de luz solar; pero sobre todo tuvieron que
empeñarse con tesón en luchar contra la locura que ser reos del hielo les
produjo.
El
autor se basó en las cartas y testimonios de todo tipo redactados que bastantes
miembros de la tripulación redactaron e investigó en multitud de archivos en
Bélgica. Además, se costeó un carísimo viaje a La Antártida, por así decirlo,
la poca que existe autorizada (¡que es nada prácticamente!) para ponerse en
situación y que es la más pegada a Argentina.
El
doctor Cook fue esencial para el mantenimiento de ciertas disciplinas
sanitarias en el barco, porque descubrió, que aparte del zumo de limón, para
luchar contra el escorbuto les favorecía la carne de foca y de pingüino, pero
el problema es que había que comerla poco hecha ¡y hasta el propio comandante
De Gerlache —muy afectado durante el extrañamiento del “Belgica” por escorbuto
y tremendos psiquismos mentales raros y no diagnosticados—se negaba a incluirla
en su dieta. Al parecer la carne de pingüino emperador, es muy oscura con sabor
a pescado rancio; a la tripulación les sabía a la vez a pez y ave, con un toque
intenso de carne de caza. La analogía era ternera, mezclada con bacalao de
fuerte olor y pato de lomo marrón asados en un pote con salsa de sangre y
aceite de hígado de bacalao. Y además el olor a guano era insoportable. Los
pocos que seguían la prescripción sanaban con rapidez. Para cazar los pingüinos
de Adelia, uno de los marineros tocaba una corneta desde la proa del barco ¡y
los pobrecitos acudían embobados a la emboscada desplazándose por la banquisa!
Amundsen tenía la teoría de que eran animales musicales.
Otra
de las terapias de Cook, era “El paseo de Los Locos”. Hacía andar a los hombres
de la tripulación (todos sin excusa salvando a los enfermos, claro) una hora
alrededor del barco para el bienestar general del cuerpo, pero sobre todo el
beneficio mental y que distrajeran sus saturninos pensamientos, todos ellos
macabros y antisociales por la situación única experimentada. Con todo, uno de
los marineros, Adam Tollefsen “El loco”, regresó a la civilización perturbado
de por vida.
Las
terapias lumínicas también tenían lo suyo, pero bueno, hay que leer el libro
para sorprenderse. Es impepinable que Cook, estuvo al pie de su juramento
hipocrático, un ejemplo mayúsculo de persona.
El
estilo del autor del libro es ligero y ameno, no exento de enriquecedor por lo
muchísimo que se aprende sobre biología, zoología; con las anécdotas que
refiero no destripo nada del argumento—todo real de las vicisitudes que
padecieron—porque cada capítulo aporta curiosidades descomunales. Por ejemplo
cuando entona las alabanzas del limón en 1795, informa de que a pesar de todo,
La Marina Real británica, por reducir costes sustituyó los limones del
Mediterráneo por lima de Las Indias, provocando graves crecimientos del
escorbuto ya que no era ni mucho menos tan eficaz como los productos del Mare
Nostrum (¡je,je,je; como en estas costas españolas y europeas nuestras no
existe nada, je,je,je!)
Desgraciadamente
hubo dos fallecidos. El primero de ellos, antes de quedar atrapados en la
banquisa de Bellingshausen, el marinero noruego Wiencke, como consecuencia de
un golpe de mar en el temporal deletéreo que antecedió a los citados hechos,
perdiéndose en el mar proceloso hasta desaparecer. Y por escorbuto, el teniente
Danco de la marina belga (el primero con quien De Gerlache preparó la
expedición; además eran amigos de la infancia)
Este
libro entra dentro de mis pasiones extrañas y particulares, las que además son
esenciales para mis inspiraciones tanto en prosa como en verso, porque me
recuerda a otra gesta, la de Raymond Rallier du Baty y su periplo de quince mil
millas hacia Las Islas Kerguelen a bordo de un queche desde Francia (de hecho recomiendo
vivamente también leer su libro “Aventuras en Las Kerguelen”, bastante difícil
de encontrar, pero se puede ¡¡¡¡ es más, si me acuerdo y tengo tiempo, haré una
reseña con el que tengo en mi biblioteca!!!!) Las Islas Kerguelen, antesala del
mar antártico, se instalaron en mi mente por mi pasión por Poe y Verne — y
ellos también están muy presentes en las referencias del libro sobre “El
Belgica” y las cosas que ocurren—
Precisamente
en el informe de la expedición de lo acontecido sobre Tollefsen, aparecen unos
términos que no parecen ni oficiales, más bien dignos de Edgar Allan: “/…ante
la presión constante del hielo, sucumbió al horror y enloqueció al contemplar
el sobrecogedor espectáculo de lo sublime, aterrado ante el destino que no
dejaba de acecharle” ¡Uno no puede por menos que recordar al Allanpoeño “Arthur
Gordon Pym” y también a “La Esfinge de Los Hielos” y "El faro del fin del mundo" de Jules Verne!
Para terminar, aunque es difícil escoger una, voy a elegir mi palabra predilecta (ciertamente la única que desconocía-ya son muchas tablas a lo largo de los años batiéndome el cobre con el maravilloso léxico-) de las que me aportó la novela :
"Polinia" [¡no tardará en caer en alguna de mis composiciones 🤣🤣🤣 ! ]
¡Y
el título de esta entrada, es frase del Doctor Cook en sus memorias antárticas!
En
suma, la única calificación que merece el presente libro….es…
MATRÍCULA
DE HONOR.
Los habituales descritos en el libro, son los pingüinos barbijos, emperador y juanito.¡No es difícil averiguar mi pingüino "Resoli" a qué casta pertenece😂!
¡ A u d a c e s
F o r t u n a
J u v a t !
Post Scriptum : ¡ Y Tú, Resoli, ya puedes volver a las promenades sin miedo por toda la casa, La Antártida y las cacerías para sobrevivir quedan muy lejooooosssss 🤗🌏💎🐧.....
Parece un buen libro. Gracias por la reseña. Ame al pingüino. Te mando un beso.
ResponderEliminar¡ Pues sí, es una obra que no tiene desperdicio!
Eliminar"Resoli" y Yo te mandamos recuerdos.🐧
La expedición histórica de Adrien de Gerlache de Gomery en su barco “Belgica” hacia La Antártida me atrae especialmente ¡Formó parte de ella el célebre explorador noruego Roald Amundsen como primer oficial! Todo un lujo al tratarse de quien descubrió el Polo Sur hace un siglo.
ResponderEliminarDices que en la expedición de Gerlache “todo lo que pudo salir mal, salió”. Eso me recuerda a lo sucedido con la expedición de Shackleton, el explorador irlandés de la Antártida, que pretendía cruzarla de lado a lado y tuvo la mala suerte de que su barco “Endurance” se hundió entre gigantescos bloques de hielo.
Veo que el Dr. Cook fue una pieza clave para preservar la vida de algunos miembros de la tripulación. Su terapia de “El paseo de Los Locos” también parece que fue decisiva para mantener la salud mental. Encomiable labor.
Resulta poética la teoría que cuentas de Amundsen de que los pingüinos eran animales musicales.
Me apunto como de inminente lectura el libro “Aventuras en Las Kerguelen”, dime si puedes dónde puedo encontrarlo.
Me ha fascinado el contenido de tu post. Gracias a tan buena reseña me animaré también a leerlo.
Un cordial saludo, compañero escritor.
Lo de Shackleton y su "Endurance" también fue de traca!!! la verdad es que los hitos relativos a La Antártida prácticamente estoy documentado al hilo de todos. Amundsen y Cook, en lo tocante al "Belgica", junto al capitán Georges Lecointe, fueron tres de los grandísimos y tenaces héroes que eran el esqueleto mental de la fortaleza que había que transmitir al resto de la tripulación, Juntos se autodenominaron "La Orden del Pingüino" porque eran los únicos en desplazarse a pie por experimentos y otras cuestiones de intendencia del barco, con riesgo continuo para sus vidas; se hicieron de broma hasta unas escarapelas. Pero el preparado para los mayores dolores y esfuerzos, era Amundsen, era un auténtico titán. Quien por cierto, murió años más tarde en la aureola de leyenda que siempre le nimbaba: En una de las expediciones al centro magnético (previamente alcanzado por él y sus propios científicos-marineros) del Polo Norte, desapareció la avioneta en la que iban y no se les recuperó ni a ellos ni al aparato. ¡¡¡¡¡¡¡Nunca más se supo!!!!!!!
EliminarLa lectura de este libro es contundente, se queda uno ante tamaños hechos, trastornado. A mí siempre me atrajo más La Antártida que El Norte.
Te proporciono en relación a "Aventuras en Las Kerguelen", mi propia adquisición -que es la única que se puede obtener en librerías de lance (¡soy asiduo de estos establecimientos!)-...
...toma nota : Primera Edición del año 2000 en la antigua Editorial Juventud [¡¡¡Qué gran editorial por cierto!!!!] de Raymond R. du Baty quien escribió la obra de su propio periplo a principios del siglo XX ¡¡¡¡¡¡¡ No entiendo como magníficas piezas como estas no se rescatan hoy en día con frecuencia!!!!!!
En fin, con ambas, te lo pasarás bomba, amén de que es como viajar allí..........y eso........entraña riesgos...... 🕵️♂️
Pásate por mi blog y comenta lo último. Creo que te gustará.
EliminarPor ejemplo:
https://marcosplanet.blog/trasgoazul/
Saludos.
Gracias, amigo, por la información. Respecto a Editorial Juventud, han editado en 2007 y 2011 el libro del navegante almeriense Juan Antonio Martín Cuadrado titulado: "Vagabundo, un sueño en el horizonte", que habla de la aventura de este hombre haciendo, en solitario, la travesía del atlántico en un velero monocasco de 8 metros de eslora, desde Lanzarote hasta las islas del Caribe. Una hazaña que ha repetido 14 veces. Le conocí a través de podcasts de radio y decidí escribir un relato de los míos basándome en cosas que aprendía sobre navegación y rutas escuchando su testimonio. El post lo he dividido en dos partes y se titula "El Mar de los Sargazos. Una aventura atlántica". Espero tus comentarios como agua de manantial.
ResponderEliminar